Existe la creencia popular, que tras un diagnóstico de exceso de colesterol sanguíneo, y si lo padres han padecido ese mismo desequilibrio, ya no hay nada que hacer, la única solución es tomar estatinas.
Ante este fatal pronóstico queda por explicar y entender
las posibilidades que la medicina natural y la correcta alimentación ofrecen para poder solucionarlo. Si en un análisis de sangre aparece un aumento excesivo del colesterol sanguíneo, entre otras cuestiones, hay que revisar la
función hepática. Un hígado con pérdida de función o incluso un “
hígado graso” puede ser la causa de un exceso de colesterol.

Indudablemente hay muchos factores que intervienen en una presencia elevada de colesterol en sangre: desde diabetes, hipertensión, falta de ejercicio, dieta inadecuada, estrés. Pero a pesar de la multicausalidad del exceso de colesterol en sangre, en todas ellas hay que revisar la funcionalidad hepática.
El
colesterol se obtiene de la
dieta y también proviene de la
síntesis autógena hepática, al reducir totalmente el colesterol de la dieta el hígado se va a adaptar produciendo más colesterol hepático y esto es peor. El hígado produce colesterol oxidado. Esto ocurre porque el entorno hepático produce muchos radicales libres y el colesterol producido en el hígado frecuentemente se oxida. La pregunta que viene a continuación es: ¿por qué existen tantos radicales libres en el hígado?. Es fácil de explicar. El hígado recibe la sangre procedente de la vena porta que trae consigo el resultado de la filtración intestinal que será revisado y puesto en condiciones en el hígado para poder ser utilizado por la células, siendo clave entonces el
proceso de detoxificación hepática. Este proceso se realiza en dos fases y como resultado final aparece una sustancia soluble, apta para ser eliminada a través del riñón o el intestino o por la piel. Son muchos los metabolitos que se necesitan en el hígado para que la desintoxicación sea completa: vitamina C, E, polifenoles, vitaminas del grupo B, minerales como selenio, cobre, zinc y hierro, aminoácidos azufrados como metionina, taurina, cisteína, así como un complejo sistema enzimático responsable de metabolizar correctamente todos los residuos tóxicos.

Y además, puede ocurrir que el hígado carezca de alguno de estos nutrientes ocasionando una pérdida en su capacidad de desintoxicación, pueden ser varios los motivos: la edad, la mala alimentación carente de vitaminas y minerales y llena de sustancias tóxicas; las alteraciones genéticas que producen una fragilidad excesiva del equipo enzimático, también la falta de ejercicio y/o el exceso de estrés.
Un hígado que no completa las dos fases de depuración por las causas anteriormente nombradas, produce un ambiente lleno de radicales libres y el colesterol producido en ese hígado se oxida.
El exceso de
colesterol oxidado, en concreto las
LDL oxidadas junto con otros factores concomitantes que coexisten en el endotelio vascular: los radicales libres, hipertensión, diabetes, genética, inflamación vascular de bajo grado, infecciones de repetición es la causa que inicia la entrada del colesterol en el endotelio vascular. Esto es la antesala de la arterioesclerosis vascular, al iniciarse así la placa de ateroma. Si este proceso se generaliza, el paso de la sangre se ve obstaculizada por la placa de ateroma en los vasos sanguíneos. Si se desprende algún trocito de esta placa aparecen microtrombos que pueden producir infartos. Cuando se diagnostica un exceso de colesterol LDL en sangre, la respuesta convencional farmacéutica es impedir la formación en el hígado de colesterol, o impedir su absorción en el intestino o bien por disminución en la ingesta o por un aumento del consumo de fibra. Pero
no se tiene en cuenta la existencia de otros factores que hay que revisar y revertir también por ejemplo un hígado con pérdida de función o incluso un hígado graso, presencia de diabetes, inflamación de bajo grado, dieta inadecuada, falta de ejercicio, hipertensión, permeabilidad intestinal o disbiosis intestinal.

Factores que en
naturopatía si se tienen en cuenta y acompañan el tratamiento que se debe de poner a la hora de abordar un marcador de enfermedad cardiovascular como es el aumento de colesterol sanguíneo. Solo quiero añadir los
inconvenientes de usar estatinas para contrarrestar el exceso de colesterol: afectan a la memoria, provocan dolores musculares, disminuyen los niveles de coenzima Q10, molécula antioxidante y fuente de energía celular. Además se tiende a producir menos hormonas (testosterona, estrógenos, progesterona. También se ha relacionado el uso de las estatinas con la aparición de diabetes e incluso cáncer. Así pues concluyo que con un diagnóstico de exceso de colesterol en sangre es necesario realizar una revisión de todos los factores que interviene en su aparición y resaltar que una correcta
alimentación saludable, el uso adecuado de
fitoterapia y de los
complementos nutraceúticos en dosis
ortomoleculares pueden revertir el desequilibrio y devolver la normalidad metabólica al individuo.